Un jardín aromático no solo embellece el hogar, sino que también llena el ambiente de fragancias naturales y ofrece ingredientes frescos para la cocina. Además, muchas plantas aromáticas tienen propiedades medicinales y repelentes de insectos. Aquí te mostramos cómo crear el tuyo paso a paso.
Elige el lugar adecuado
Las plantas aromáticas necesitan buena exposición solar:
- Prefiere un lugar que reciba al menos 5 o 6 horas de sol al día.
- Puede ser en el jardín, una terraza, un balcón o incluso un alféizar de ventana.
- Asegúrate de que el espacio tenga buen drenaje y protección contra el viento.
La luz solar es clave para potenciar el aroma y el sabor de las hierbas.
Selecciona las plantas aromáticas
Elige las especies que más se adapten a tu uso y clima:
- Albahaca: ideal para ensaladas y platos italianos.
- Romero: excelente para carnes, panes y aceites.
- Menta: refrescante y útil para infusiones o postres.
- Tomillo: versátil y resistente.
- Orégano: básico en salsas y pizzas.
- Lavanda: además de aromática, es decorativa y repelente natural.
Puedes comenzar con pocas especies y agregar más con el tiempo.
Decide entre suelo o macetas
Dependiendo del espacio disponible:
- En el suelo: crea un cantero aromático o integra las hierbas al jardín decorativo.
- En macetas: ideal para espacios pequeños o para controlar mejor la humedad.
Las macetas también permiten mover las plantas según la luz o estación.
Prepara el sustrato
Las hierbas aromáticas necesitan suelos bien drenados:
- Usa una mezcla de tierra fértil, arena gruesa y compost.
- Asegúrate de que las macetas tengan agujeros de drenaje.
Evita el exceso de riego para prevenir pudrición de raíces.
Organiza las plantas inteligentemente
Agrupa las hierbas por necesidades similares:
- Plantas que requieren más agua (como menta) en un grupo.
- Plantas mediterráneas (como romero, tomillo y lavanda) en otro.
Deja espacio entre las plantas para que crezcan sin competencia.
Riega con moderación
El riego debe ser equilibrado:
- Deja que el suelo se seque ligeramente entre riegos.
- Evita mojar las hojas en exceso.
- En días muy calurosos, riega por la mañana temprano o al atardecer.
Plantas como el romero y la lavanda toleran mejor la sequía que el exceso de agua.
Cosecha regularmente
La cosecha promueve un crecimiento más denso:
- Corta las hojas con tijeras limpias, evitando dañar el tallo principal.
- Cosecha por la mañana, cuando los aceites esenciales están más concentrados.
- No retires más del 30% de la planta para no debilitarla.
Puedes secar el exceso y almacenarlo para uso posterior.
Añade elementos decorativos
Haz que tu jardín aromático también sea visualmente atractivo:
- Usa macetas de diferentes alturas y colores.
- Incorpora etiquetas de madera o cerámica para identificar las hierbas.
- Coloca piedras decorativas o caminos pequeños entre los canteros.
La belleza también está en los detalles.
Tener un jardín aromático en casa es una forma deliciosa y práctica de conectar con la naturaleza, cuidar tu salud y mejorar tu cocina.
Con poco espacio y mucha intención, puedes crear un rincón lleno de fragancia, sabor y bienestar.